miércoles, 2 de noviembre de 2022

Las tres gemas y el bosque

 


Varias semanas estuvo la carta sobre la mesa hasta que por fin me decidí a abrirla… Haelly llevaba desaparecida alrededor de dos meses. Recuerdo perfectamente que me dio aquella carta en mi cumpleaños, dos días antes de que ella desapareciera. La carta un tanto rugosa y húmeda por el frío, seguía intacta en mi mesita de noche junto a los demás regalos; simplemente me empezó a susurrar mientras se acercaba:

“Guarda bien la carta, ni se te ocurra abrirla ahora, solamente cuando estés en tu peor momento. Bajo ninguna circunstancia, se te ocurra mostrar a alguna otra persona lo que hay escrito en ella”

Sin duda después de aquello, me asuste. No le di mucha importancia y continuamos con la fiesta.

“Cada mañana veo la carta cogiendo cada vez más polvo y más suciedad, yo ya sé que ella no aparecerá, fácil; solo quiero olvidarme de todo esto, por eso leeré la dichosa carta y la tiraré” Pensé furiosa mientras daba vueltas alrededor de toda mi habitación.

Al abrir la carta, note como de aquel papel tan débil se desprendían diminutos trozos de papel, así que intente sacarla con más cuidado del sobre. Finalmente conseguí sacarla, pero algunas letras parecían mal escritas, como si lo hubiera escrito un niño de cinco años. Observe que había demasiadas abreviaturas que jamás use con ella o había leído en cualquier libro, en esta ponía:

Querida Amy, probablemente estés leyendo esto demasiado tarde, para ese entonces ya me habré ido. ¿Recuerdas que de pequeñas siempre nos daba miedo aquella casita de la señora Ride? La pequeña con moho escondida por el bosque cruzando para ir a Dallas. Siento que tú también estás en peligro, y aún más escribiéndote todo esto, pero era lo más sencillo para las dos. L3GM, dirígete hacía aquella casita, ya no somos tan pequeñas para que nos de miedo, 3GEDDC ¿o si? Cuando estés cerca de la casa lo entenderás todo, y lo único que te pido es que no me acabes odiando, siento haberte metido en todo esto. SOS

Tras leer aquello, pasarón miles de preguntas sobre mi cabeza. ¿Por qué tengo que ir a aquella casa? ¿Será aquel lugar donde esté desaparecida? ¿Por qué me dice que estoy en peligro? ¿Por qué habrá escrito dos veces el tres y aquellas letras en mayúscula? Y sobre todo, ¿Por qué me pide ayuda con: SOS? 

Sentada en mi cama rompiendo la hoja sin entender nada de lo que estaba sucediendo, logré ponerme en pie. Cogí mi mochila y en ella eche; un saco de dormir que me llevaba al campo, ropa limpia, un botiquín por si me hacía heridas en el campo, una botella de agua y mucha comida. Bajando las escaleras a toda velocidad me aproxime a la cocina, cogí un bolígrafo y un papel y escribí lo siguiente:

“Mamá estaré en casa de una amiga unos días, estarán allí sus padres, no te preocupes por mí, estaré bien”.


Me encontraba bajando la calle principal para llegar al bus y que me dejara lo más cerca posible del camino hacia la casita. Al llegar a la parada, me senté en aquel banco tan incómodo lleno de chicles pegados a los lados. 

A lo lejos vi como se iba acercando el autobús medio vacío, mientras más se acercaba más se escuchaba un chirrido insoportable. Al pararse en frente mía, el conductor se dirigió hacia mí con voz ronca:

- Señorita ¿Va a entrar o se queda?- dijo con exigencia-.

- Emm.. si, sí- contesté tras haberme distraído-.


Al caminar hacia el fondo del autobús me fijé en dos señoras, estaban sentadas chismorreando. Al fijarme bien en ellas, una señora llevaba el pelo gris; con muchas sortijas envueltas en él, una rebeca marrón y una falda negra. Sin embargo la otra mujer tenía el pelo rubio; unas gafas cuadradas de color negro, una nariz larga y caída, una chaqueta larga de color rosa pastel y una falda del mismo color que le llegaba hasta las rodillas. 

Pasé a unos centímetros de ellas para poder sentarme al final del todo, pero mi gran intriga no pudo pararse al escuchar a aquellas señoras de ochenta años. 

- ¿Has leído lo que ponía esta mañana en el periódico Margaret?- dijo la señora del pelo gris asustada-.

- No he tenido tiempo a penas de tomarme mi café,Miriam ¿Qué es lo que ponía?- contestó intrigada-.

- La señora Ride se ha escapado de aquel centro- decía la señora susurrando-. 

- ¿QUÉ?-.

Tras aquel grito se me quedaron observando un par de minutos, pero actué como si no hubiera escuchado nada y me volví a colocar bien los auriculares.

“Próxima parada…”

Me levanté del asiento y caminé hacia la puerta de salida; por la ventana empecé a notar como estaba haciéndose de noche. 

Al bajarme por fin del autobús tras un largo viaje de una hora, comencé a caminar por aquel camino que me conduciría a la casa abandonada que mencionó Haelly. Todo iba normal hasta que oí un ruido que me desconcertó en cierta forma, sonaba como una pequeña campana o como si chocaran pequeños trozos de metal entre sí. Me paré en seco en medio de dos árboles frondosos para escuchar mejor de dónde venía aquel sonido, mirase a dónde mirase no encontraba nada raro, por eso seguí con mi ruta hacia delante. Me encontraba demasiado cansada y me aparté del camino, me senté en una roca un poco más alta que mis rodillas y entonces fué cuando lo ví. Ví como una especie de color azu neón se escondía en un pino, ahí fue cuando sabía que no estaba sola. Un tanto asustada me decidí a preguntar en alto:

- ¿Hay alguien ahí?-.


Pero solo se escuchaban los latidos de mi corazón cada vez más fuerte. Como aquella luz seguía intacta detrás de aquel árbol, continué con mi camino. 

Ya más adelante, casi al llegar a la casa, a lo lejos vi que se encontraba en el suelo como una especie de pañuelo, tipo de camuflaje. Comencé a correr en aquella dirección hasta llegar a agacharme para descubrir lo que se encontraba tras aquel pañuelo. Hasta que una criatura diminuta se interpuso antes de levantar el pañuelo. 

Ahora si que estaba realmente aterrada, nunca había visto nada igual, no podría llegar a saber si podía hacerme daño o alguna otra cosa del estilo. La criatura desprendía de ella aquel color azul neón, el sonido de los cascabeles y un olor a tierra húmeda. Nos quedamos unos minutos en completo silencio el uno con el otro, la  criatura se elevaba de arriba hacia abajo y era completamente de color negro, parecía un mini fantasma, ya que se podia ver a través de el, pero los ojos eran de color blanco. Al intentar decir una palabra, la criatura empezó a dar vueltas como si fuera un tornado, de lado a lado y de arriba hacia abajo. Mientras hacía aquellos giros, de fondo sonaba muchísimos cascabeles, como si estuvieran chocando entre ellos. Cuando terminó aquel espectáculo me hizo una reverencia y simplemente se apartó hacia la derecha, haciéndome ver que podía por fin sacar el pañuelo. 

Cuidadosamente lo aparté y lo que se podía apreciar era una caja de color rojo oscuro, en la abertura para poder abrir la caja, se podía ver; un corazón enorme que envolvía la zona de la llave para  poder abrirla. Entonces dije:

- Por casualidad no tendrás una llave, ¿verdad?-.

-....

Y cuando menos me lo esperé vi a la criatura en forma de fantasma sentarse encima de aquella caja. Inmediatamente de apartarse se abrió de golpe. 

-Gracias-. le dije entusiasmada-.



No me lo podía creer, en aquella caja se encontraba tres gemas; una era de color azul, otra roja y la tercera morada. Al intentar tocar la gema de color morado se elevó hacia arriba y vino directa a mi antebrazo izquierdo. Cuando abrí los ojos tras haberlos cerrado por la impresión que me dio, observe que esta, estaba incrustada en mi piel. Intenté quitarla de encima mía, pero lo único que conseguí fue hacerme sangre.

Me sentía muy cansada así que decidí seguir adelante y pararme a descansar en la casa de la señora Ride. En el camino de ida, se fueron alineando poco a poco los árboles de la zona, haciendo ver un largo camino de pinos, por fin logré ver aquella casa a lo lejos, lo único que quería era llegar y sentarme de una vez para poder asimilar todo lo que estaba sucediendo. Me paré en frente de la pequeña casa de madera, ensimismada ante aquello, observaba como la hiedra había acaparado la mitad de la entrada de la casa. En sí por fuera, esta, era pequeña y un tanto amplia; le rodeaba por encima la hiedra y demasiado musgo en las esquinas; superiores e inferiores. A los lados de la casa solo se lograba ver un gran ventanal sucio y comido por el polvo, claro, la señora Ride la internaron en aquel centro psiquiátrico hará unos años.

Por fuera de la casa en la zona derecha, se encontraba un montón de troncos cortados y apilados perfectamente. Pero en la zona izquierda, se observaba una mesa amplia de plástico blanco comido por los bichos, y unas sillas de madera no más bajas de la cadera. 

Me acerqué a la puerta para poder entrar, pero no estaba segura si podría conseguirlo, me daba mucho asco cualquier tipo de insecto que pudiera trepar por las paredes. Sin haber tocado nada, la puerta se abrió de golpe y la pequeña criatura se escondió detrás mía del susto. Me aproxime a entrar y lo primero que vi fue una casa reluciente, sorprendentemente estaba demasiado limpia, parecía como si hubiera estado yendo alguien a limpiar el interior de la casa.

En el centro de todo se encontraba una enorme mesa de madera relativamente grande. La casa no tenía más habitaciones, solo era un cuadrado grande espacioso. 

No había ni televisión ni nada que tuviera que ver con la tecnología. En la derecha de la mesa, pegado a la pared con el gran ventanal, se encuentra una cocina, pero sin frigorífico, solo un congelador sustituyendo. Al fondo de la pared en todo lo ancho, se encontraba una fila de unas estanterías con muchos libros, todos ellos seccionados en colores como el morado, verde, azul, rojo y negro. Me aproximé a la mesa de todo el centro, ya que me percaté de que se encontraba una hoja con algo escrito:

“ Hola querida, supongo que te habrás encontrado con mi pequeño amiguito, en todo caso de que no tengas lo que venía con él, lárgate, este no es tu lugar. 

Ahora si Haelly, supongo que tendrás demasiadas dudas de lo que está pasando, de cómo se tu nombre y de como se que estarás leyendo todo esto. Ahora bien, te explico qué son esas gemas. Dependiendo de que gema hayas escogido pasará lo siguiente; La azul simboliza el agua o el viento, todo depende de cómo sea tu aura o lo que más prefieras en tu interior, esta, hará que puedas manejar el control del agua tanto creando como controlando su forma. En cambio, si no es el agua es el viento, esta, hace que puedas controlarlo haciendo rafagas de viento; huracanes o simples ventiscas. La roja simboliza el fuego, puedes llegar hasta teletransportarte a Infernatia, donde todos los seres místicos del fuego podrán ayudarte en tu emprendimiento con tu poder. La verde es de la naturaleza, pero supongo que no la habrás encontrado en la caja, es otro punto al que quería llegar, durante tu camino encontrarás a más gente como tú, confía en ellos o no lo hagas, simplemente ten cuidado en que tu gema no se apague. La morada es sumamente importante, si la llegas a tener es porque eres la más indicada para esta aventura. Esta gema si no tienes un buen control sobre ella, pueden suceder cosas muy malas y ya sabes que no queremos llegar a ese extremo. 

Lo que hace es tener el control de todas las gemas incluyendo otras magias no descubiertas, esta gema la han intentado capturar gente insensata que no han podido lograr tenerla. Si tú has llegado a conseguirla, enhorabuena, eres una de las miles de personas en años intentando hacerse con esa gema.

Ahora mismo estarás en shock, así que no te preocupes, tómate todo el tiempo que necesites hasta poder entenderlo todo y decidir qué es lo que vas a hacer y en qué tipo de persona te vas a convertir. En cuánto lo tengas decidido, dile a mi pequeño amigo Shie, lo siguiente: 1gempunperindicade. En cuánto lo hagas, automáticamente estaré junto a ti para poder enseñarte todo lo que debes saber. Por último y lo más importante; NO hagas tonterías, saludos la sr Ride.”


Me senté en un sofá que se encontraba cerca de la mesa. En cuánto pude sentarme, me acomodé y empecé a marearme, no entendía nada. Entonces fue cuando me di cuenta de que mi historia estaba apunto de comenzar.     


                                                                                    Irene García Pérez 3ºESO-A 



No hay comentarios:

Publicar un comentario