Me
di cuenta que lo que me quería decir la carta es que la otra carta no estaba escondida
en la casa abandonada, estaba escondida en los árboles que la rodeaban.
Fui en busca de la carta y la encontré entre dos ramas de un árbol justo
al lado de la casa abandonada, la abrí y la carta decía: “Si has encontrado la
carta, esto quiere decir que has resuelto la pista. Te queda poco para volver a
ver a tu hermano, te dejo las pistas para encontrarlo: 1- Dentro de la casa hay unas
escaleras y debajo una puerta pequeña, entra por ahí. 2- Después te encontrarás
con unas escaleras que bajan a un sótano y allí habrá otra puerta, ábrela”.
Entré
en la casa y abrí la puerta que había debajo de las escaleras pero tras esa
puerta había otra que tenía una contraseña para poder abrirla y en la puerta
ponía escrito “Mira abajo”, miré y me encontré con otro sobre, que decía:
“Tienes un teléfono antiguo a la izquierda, cógelo pero no marques ningún
número, solo escucha”. Miré a la izquierda y allí lo vi, un teléfono que nunca
había visto antes, era negro y muy antiguo con una ruedecilla para marcar
números, nunca había usado uno de esos pero no debía marcar ningún número
así que, lo cogí e hice lo que ponía en la carta, escuchar. No
se escuchaba nada pero al cabo de unos segundos escuché una especie de
voz que decía: “Abre el cajón de la mesa y encontrarás pintado al revés el código
de la puerta” y la voz dejó de hablar. Hice lo que me dijo y el código de la
puerta era: 723651, lo puse en la puerta y se abrió, cuando iba a bajar elteléfono
sonó y yo lo cogí, escuché la misma voz que decía: “No cometas el mismo
error que yo, rompe el cable del teléfono y coge el auricular solamente y llénalo
de tierra y cuando bajes mantente a la izquierda de la puerta, y cuando él
baje, mátalo”. “¿Quién es el?” Le pregunté. Y la voz me respondió:” el secuestrador,
que va detrás tuya a matarte para que no salves a tu hermano”. Le
pregunté de nuevo: “¿Dónde está mi hermano? Y la voz me respondió: “hay una
alcantarilla, está ahí escondido, ábrela y sácalo”. Y el teléfono se cortó.
Hice
lo que me dijo, corte el cable, cogí el auricular y lo llené de arena. Cuando abrí
la puerta se encendió la luz, una luz que parpadeaba, las escaleras crujían al
bajar y las paredes del alrededor estaban llenas de humedad, cuando llegué abajo
había otra puerta de metal, no se escuchaba nada al otro lado de la puerta
y en cuanto la abrí, me escondí a la izquierda de la puerta y después de unos
segundos, escuché unos pasos bajando por las escaleras. Apareció el secuestrador
con una máscara y entero de negro con un hacha, me intentó dar, pero
la esquivé y el hacha se le quedo clavada en la pared y yo le di en la cabeza
con el auricular del teléfono lleno de arena, lo maté.
Después
fui a la alcantarilla del suelo para ver si mi hermano estaba allí escondido
y allí estaba él con su mirada profunda. No sabía que cambiaría mi vida
para siempre. Llevaba tres años sin verme y en cuanto me vio le cambió la cara
por completo, se puso a llorar dándome un abrazo y diciéndome: “sabía que
volverías a por mí, te quiero”.
Tras
años de ausencia volvió a la ciudad en la que sucedió el accidente que durante
tanto tiempo quiso olvidar. Mi hermano no podía aguantar más tiempo allí
donde estaba y nunca iba a olvidar como hace tres años una furgoneta negra
se paró y lo metió dentro de ella, ni tampoco el lugar donde estuvo viviendo
durante tres años y al secuestrador bajando una vez a la semana para darle
algo de comida para que mi hermano aguantara vivo hasta que yo llegara a
intentar rescatarle. Mi hermano estará conmigo ahora, pero nunca olvidará esos
tres años que estuvo allí.
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