miércoles, 2 de noviembre de 2022

De nuevo en la ciudad

Tras años de ausencia, volvió a la ciudad en la que sucedió el accidente que durante tanto tiempo quiso olvidar. Durante este tiempo, ha estado luchando por descubrir quién fue el asesino del doctor Quiroga, un gran médico e investigador que por seguir con su último trabajo le llegó la muerte…

Al llegar de nuevo para investigar el caso, todo estaba cambiado, las calles, nuevas urbanizaciones, vecinos, pero lo que siempre estaba ahí era la cafetería Berlín, con su agradable olor a café recién hecho. Siempre estaba el señor Alberto para atender a los clientes.

-¡Hola! Buenos días, ¿Cómo está? Me alegro de volver a verle.

-Bien chaval, tú estás muy cambiado, ¿Qué tal por la ciudad de nuevo?

-De vacaciones descansando.

-Qué bien, pues disfruta del momento, amigo.

-Gracias, Alberto.

 

Después de saludar al señor Alberto, me fui al lugar del accidente… quería olvidar todo y aclarar de una vez lo que ocurrió. Según el mapa, tenía que ir a pie hasta llegar a la casa del Doctor Quiroga, un camino lleno de bosque abandonado, ya que nadie quería ir allí, porque según las malas lenguas estaba presente las noches del día 5, que fue la noche del accidente.La mochila pesaba y me detuve a beber agua, de pronto escuché un sonido que llegaba no muy lejos de la zona, fui allí y unos arbustos se movían sin parar, avancé…y zas! tropecé con alguien, la caída fue hacia atrás y mi sorpresa fue que era un niño de unos 12 años aproximadamente.

 

 -¿Estás bien, chico? El chico estaba asustado, lleno de barro, descalzo y        creo que días sin comer.

-¿Hola? No te voy a hacer daño,

-¿Cómo te llamas?

-Andrés dijo muy bajito…

-bien guay, yo me llamo Javier.

 

Abrí mi mochila y le ofrecí mi bocata y una botella de agua, rápidamente lo cogió pero no se lo comió.

-¿Por qué no te lo comes?

-No es para mí, mi madre necesita ayuda, por favor,

-¿Puede ayudarme?

-Claro, dime donde es el lugar y vamos. El niño parecía volar, cada vez que me adentraba en el bosque parecía que no era la ciudad que yo había visitado, sino una zona mágica…

Cuando llegamos, estaba muy cansado y lo que ví fue triste, una pobre mujer en el suelo con herida de arma blanca, no era profunda pero podía ser grave. Me armé de valor y le hice abrir al niño el botiquín para realizar con rapidez la cura de la herida.A la hora, ya estaba todo estabilizado y cerca había como una señal de fuego.Pregunté a Andrés si había casas cerca, pero por la cara de terror que puso, mi mente se puso en alerta.

- Señora ¿Quién le ha hecho esto? la mujer abría y cerraba los ojos, empezó a hablar algo que no se entendía.

-Por favor ¿Puede repetir? En ese momento me dio un papel con un símbolo… eran unas serpientes.

-¿Qué quiere decir esto? La cosa se está poniendo interesante.

 

 Llevé a la mujer al hospital como pude, fui a la comisaría y denuncié el caso, Andrés se lo llevaron para que descansara hasta el día siguiente. El caso del accidente estaba relacionado con el papel que me dio la mujer aquella noche. No dejaba de pensar en el dibujo. Quedaban un par de horas para amanecer y no quise perder tiempo. Me fui a la casa del doctor Quiroga, aquello estaba muy abandonado, la puerta de entrada no existía. De pequeño me encantaba estar en la biblioteca, había tantos libros, un mundo enorme que descubrir. Con mi linterna empecé a investigar la zona, había mucho polvo, de pronto en una moldura de una esquina empieza a girar una puerta y… había un pasadizo enorme, muy oscuro; allí no se veía nada. Seguía avanzando y cuál fue mi sorpresa cuando vi un interruptor. Pulsé y se encendió la habitación ¡que era un gran laboratorio del doctor! Aquello era alucinante, miles de pruebas, proyectos y avances médicos de un gran hombre al que le quitaron la vida. Aunque algo no encajaba, el dibujo de las serpientes….

Me fui a la zona superior de la casa, vi que no había cobertura en el móvil para consultar qué quiere decir el símbolo para buscar pistas y si está relacionado. Cuando me iba a marchar de la casa, vi que en la zona superior de la casa había una buhardilla con una puerta extraña, la observé por lo rara que era y cuál fue mi sorpresa que en lo alto de la puerta estaban las serpientes pintadas sobre la madera…. Intenté abrir la puerta, sin éxito, ya que necesitaba una combinación de números, volví a mirar la puerta por si había una pista y de nuevo el papel con el dibujo. Estaba amaneciendo y la luz entraba por las ventanas rotas de la izquierda, llegándome a los ojos. El papel como lo tenía en la mano hacia arriba se trasparenta algo por detrás y eran ¡números! estaban en forma de triángulo eran los siguientes: 804 y la puerta se abrió lentamente. Allí había utensilios extraños, animales en jaulas pero muertos, como unas especie de pócimas… en fin pero todavía había algo más, una especie de sala donde había algo de ruido, avancé despacio, escuché y desenfundé la pistola, seguía el ruido más fuerte como respiración agitada,! Alguien estaba allí encerrado! La puerta no era compleja, con un clip hice lo posible para hacer llegar al interior del pomo e hice girarlo. Lo que vi fue espantoso, un hombre anciano, sucio, sin luz, comida podrida…no sabía quién era, pero tenía que salir aquel pobre hombre de allí y hacer saber a mis compañeros lo que había descubierto. Cuando conseguí salir de allí no podía creer lo que estaba viendo, ¡era el doctor Quiroga! sus ojos eran los de siempre, astutos, inteligentes…

-Doctor ¿Cómo ha estado tanto tiempo aquí?

-Chico listo, te dije que serías un buen policía, sonrío y anduvo con dificultad.       -Tienes que sacarme de aquí con urgencia, nadie puede verme con vida,hasta que consiga hacer público mi ultimo experimento que cura un virus letal para la humanidad, pero no conviene a mucha gente, por eso el accidente, el encierro, solo he tenido contacto con una chica que mandaban con la comida.

-Ya me estaba cuadrando todo,la mujer herida,el dibujo de las serpientes…       

        -¿Quién es la chica?

-Es mi hija dijo el doctor.

-Bien entonces he visto también a un niño…

 -Sí, es mi nieto, y los dos corren peligro.

-No debe preocuparse, están a salvo le dije al buen hombre ya le contaré   con mas detalle lo que ha ocurrido,de momento vamos a mi coche y le llevaré a zona segura.

 -!A la policía no! Hay mucha gente infiltrada y debes de llevarme lejos y luego llevar a mi familia conmigo.

-Estupendo le dije, es mediodía y debe de estar en el maletero un tiempo.

-Vale, no te preocupes, estoy acostumbrado.

 

El viaje fue sin complicaciones,me despedí de Alberto, compré comida para despistar y llegamos a destino desconocido. Tres meses después, el doctor Quiroga se reunió con su familia con identidades distintas para una vida nueva y yo con un caso resuelto más y por fin conseguí olvidar un accidente que nunca llego a existir.


Marco Tamaral Monzón 3ºESO-B


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