lunes, 24 de octubre de 2022

Los Smith

Esta casa la veía todos los días cuando me levantaba. Era una casa de ladrillo visto, con dos plantas y un patio, además de una piscina, aunque esta no la usaban demasiado. La casa daba un aire rústico y un poco sombrío, ya que era poca luz la que entraba en el interior. La familia que solía vivir aquí se iba todos los fines de semanas a casas rurales o de senderismo, eran sus actividades favoritas. Cuando se iban no se notaba su ausencia, era una familia seria, silenciosa, realmente impresionaban. El matrimonio se dedicaba a los negocios, eran parte de una gran empresa. Sus hijos desde pequeños siempre mostraron una alta inteligencia y raras veces salían a jugar como el resto de los niños. Daban la impresión de ser la familia perfecta pero como todas, siempre guardan un gran secreto. Los Smith tenían mucho más que contar. 


Un viernes como otro cualquiera salí de trabajar y llegué a mi casa, eran las ocho de la tarde y el motor del coche de los Smith ya estaba sonando, lo que significaba que, como todos los fines de semana se iban a realizar alguna actividad, me parece que el de esta semana era senderismo. Mas cuando salgo a comprar al supermercado escucho que mis vecinos hablaban entre sí muy nerviosos, como si algo hubiera ocurrido. Nunca imaginé que esto pudiera ocurrir, tras muchas versiones escuchadas supe que los Smith tuvieron una pelea doméstica, al parecer realmente preocupante se empezó a escuchar discusiones entre el matrimonio, más tarde se unieron los dos hijos, a lo que más tarde le sigue un silencio aterrador. Por último se escucharon fuertes ruidos que asustaron al vecindario.

Pasado el fin de semana no habían vuelto del senderismo, cosa que fue aún más preocupante. Me picaba la curiosidad; hacía ya casi un mes que la familia no volvía. Al anochecer decidí entrar en aquella casa. Jamás imaginé que en el polvoriento cajón de la mesa encontraría dos anillos de matrimonio ensangrentados. Dicha mesa se encontraba en el patio, al lado de la puerta de la casa. Me resultó relativamente fácil entrar y colarme por el patio, el muro no era muy alto. Decidí dejar los anillos allí y procedí a entrar por una ventana, suerte para mí que esta no tenía ningún tipo de protección el cual no me dejase entrar. La casa era sombría, todo ordenado y no había nada en particular, salvo que en el suelo había hallado huellas, las cuales parecían de barro. Seguí las huellas que me hicieron salir del salón y que me llevaron al pasillo. No era muy profundo, terminaba con las escaleras de la segunda planta. Subí las escaleras siguiendo el rastro de huellas el cual me llevó al cuarto de baño. Lo primero que vi fue la bañera llena de agua con hielo. Había un par de toallas tiradas y por los muebles, los cuales manchados de huellas de barro. También encontré varias gotas de sangre esparcidas por el lavabo, que me llamaron la atención. Seguí explorando sin saber qué podría encontrarme, realmente estaba nerviosa.

La siguiente habitación fue la del matrimonio donde el escenario fue totalmente distinto. Encontré un cuerpo totalmente irreconocible, tenía la cara deformada por las heridas que le habían provocado. Pero podría decirse que podría ser el padre o el hijo mayor, eran muy altos al contrario que la madre y el hijo menor. El cuerpo estaba tirado en el suelo, la imagen impresionaba bastante. Me fijé mejor y en una mano le faltaba el dedo anular donde tanto la mujer y el hombre llevaban los anillos de casados, lo que me indicó que este cuerpo era el padre. Me quedé sospechando en la señora Smith, pensando si todo esto habría sido cosa suya. Inspeccioné el resto de la habitación pero no había nada relevante. Salí temiéndome lo peor, imaginándome todo lo que pudo haber pasado.


La última habitación era el cuarto de los dos hermanos, había una litera a la derecha, un escritorio en medio con varios libros sobre él y el armario a la izquierda. Revisé todo y encontré en el armario una masa de ropa desordenada, una mochila con juguetes que probablemente sería del menor pero nada más. Volví a bajar las escaleras y salí de la casa, me faltaba el patio, tenía que asegurarme de que no me faltase por ver nada más.

Había muchos hierbajos, estaba todo dejado, tenían un gran patio que se dividía en el trasero y en el delantero. Decidí comenzar por la parte delantera la cual tenía una piscina grande pero sucia y descuidada, sin agua siquiera. Contaba con un muro que rodeaba la casa y varias plantas por las esquinas las cuales todavía parecían tener buen aspecto. Me asomé a la piscina y había un saco muy sucio, lleno de barro donde encontré otro cuerpo, el cual pude reconocer, era el hijo menor. Salí de la piscina pensando e intentando unir distintas pistas de lo que había visto por el momento para descifrar lo que pasó.

Escuché ruidos por la parte trasera del patio y no me quedaba otra que esconderme en el interior de la casa. Mientras corría temiéndome que había vuelto el asesino, buscaba desesperadamente un sitio el cual no me encontrara. Subí al dormitorio de los hijos y cuando iba a cerrar la puerta alguien puso su mano en mi hombro. No tuve el suficiente tiempo de girarme y descubrir quién era, fue inesperado, no escuché acercarse hacia mí nada ni nadie. Entonces recibí un fuerte golpe el cual hizo que no me volviera a despertar.

Así termina todo, no debí entrar en dicha casa, pero como ya saben, la curiosidad mató al gato.

                                                                                           Natalia Canales De la Fuente 3ºESO-D


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